En el marco del Día de los exalumnos salesianos, por los Jóvenes – Don Bosco invita a redescubrir historias de vida que nacen en el aula y florecen en el mundo laboral.
La formación integral que brindan las casas salesianas deja huellas que trascienden generaciones, especialmente en escuelas agrotécnicas donde jóvenes de zonas rurales se forman sin abandonar sus raíces. Exalumnos como Gabriel Guardia y Nicolás Arrigo —hoy referentes en la industria olivícola— o Enrique Centurión y Ludmila Correa —emprendedores y profesionales del agro en Misiones— encarnan los valores del esfuerzo, la responsabilidad y el compromiso social. Sus trayectorias reflejan un legado educativo que transforma realidades, y que sigue dando frutos gracias al acompañamiento de organizaciones como Por los Jóvenes – Don Bosco.
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Historias que inspiran: el impacto laboral de una formación con valores
Argentina, miércoles 18 de junio.- En el marco del Día de los exalumnos salesianos, que se celebra cada 24 de junio, se destacan las trayectorias de quienes, gracias a su formación en casas salesianas, han logrado generar un impacto real y positivo en sus vidas como en sus comunidades, especialmente en el ámbito laboral. Más que una conmemoración, esta fecha invita a visibilizar el legado educativo que continúa rindiendo frutos mucho después de la graduación.
Entre las propuestas educativas de la obra salesiana en Argentina, las escuelas agrotécnicas son muy valoradas, ya que permiten a jóvenes de zonas rurales estudiar sin alejarse de su lugar de origen, y aprender desde la práctica productiva. De estas escuelas han egresado exalumnos que hoy tienen una destacada trayectoria, como es el caso de Gabriel Guardia.
Gabriel es exalumno de la Obra de Don Bosco en Rodeo del Medio y actual referente en la industria olivícola, llevando a Argentina a ser tres veces número uno en el EVOO World Ranking. “Mi papá fue pupilo, después me tocó a mí y a mi hermano. Las vivencias que tuve en el colegio me abarcaron para toda la vida. Creo que un valor muy grande es que la escuela crea un círculo sano, de contención de los chicos”, cuenta Gabriel, cuya historia muestra cómo los valores de esfuerzo, compromiso y responsabilidad adquiridos en su paso por la casa salesiana se traducen en liderazgo y excelencia.
En la misma línea, Nicolás Arrigo, también exalumno en Rodeo del Medio, ha sido clave en llevar el aceite Don Bosco a un lugar destacado en el plano nacional e internacional, con reconocimientos en concursos como Olivinus, Argoliva y Sol de Oro. Hoy dirige la almazara de la Bodega Don Bosco, aplicando conocimientos técnicos y valores aprendidos en su formación inicial. Así lo resume Nicolás: "Adquirí grandes conocimientos que me permiten llevar a cabo mi trabajo hoy en día, gracias a las prácticas que teníamos en la casa salesiana. Actualmente trabajo en lo que me gusta y apasiona."
Si nos trasladamos a San José, Misiones, encontramos otra de las ocho escuelas agrotécnicas de Don Bosco en el país. Allí se escriben historias como las de Enrique Centurión y Ludmila Anayeli Correa, egresados del Instituto Pascual Gentilini.
Enrique hoy lleva adelante un emprendimiento apícola con más de 100 colmenas propias y brinda asistencia técnica a terceros, logrando consolidarse en un rubro clave para la producción sostenible. "La casa salesiana me brindó una base sólida de conocimientos para iniciar y sostener mi emprendimiento. También me inculcó valores esenciales como la responsabilidad, el trabajo en equipo y la disciplina, y me motivó a seguir superándome. Estoy profundamente agradecido", destaca.
Ludmila, por su parte, es la primera alumna egresada del Instituto Agrotécnico Salesiano de San José, hoy estudiante de Veterinaria en la UNNE. "Fue una experiencia muy significativa en mi vida. Me brindó una maravillosa formación académica y me formó como persona transmitiéndome valores. Fue mucho más que una escuela para mí", destaca.
Estas historias reflejan una constante: la educación salesiana no solo forma profesionales, sino personas íntegras, comprometidas con su entorno, capaces de generar valor en lo que hacen y de proyectar el espíritu de Don Bosco en su día a día.Organizaciones sociales como Por los Jóvenes – Don Bosco cumplen un rol fundamental en sostener y visibilizar este legado, acompañando a exalumnos que hoy transforman sus comunidades a través del trabajo, la innovación y el compromiso social.